Miguel Anda y su equipo ofrecen una variedad de servicios médicos en la Clínica de Salud AltaMed en el complejo de vivienda  de Ramona Gardens. Foto: Ivan Villanueva

Miguel Anda y su equipo ofrecen una variedad de servicios médicos en la Clínica de Salud AltaMed en el complejo de vivienda de Ramona Gardens. Foto: Ivan Villanueva
Miguel Anda y su equipo ofrecen una variedad de servicios médicos en la Clínica de Salud AltaMed en el complejo de vivienda de Ramona Gardens. Foto: Ivan Villanueva

Cuando Miguel Anda, de 52 años, se dirige caminando a la Clínica de Salud AltaMed, ubicada dentro del complejo de viviendas Ramona Gardens, generalmente recibe un cálido saludo y una larga fila de pacientes.

Esto se debe a que la clínica ubicada en Ramona Gardens, una de las tres clínicas de este tipo que gestiona AltaMed y se encuentran dentro viviendas públicas – junto con William Mead en Lincoln Heights y Estrada Courts en el Este de Los Angeles – sólo funciona los martes y jueves.

La atención de la salud sin fines de lucro ofrece una gama de servicios de la salud, como atención por parte de médicos, pediatras y servicios de bienestar, además de tratamientos para enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y el colesterol alto.

Como asistente médico de AltaMed, Anda hace ocho años que realiza guardias rotativas en estas tres zonas. Si bien Anda reconoce que prestar servicios a estas comunidades no siempre es algo fácil, afirma que no cambiaría su trabajo por ningún otro.

El Pulso de Boyle Heights habló con Anda sobre su trabajo en la clínica ubicada en la comunidad.

PBH:  ¿Cómo es el trabajo en una clínica ubicada dentro de un proyecto de viviendas?

MA: Cada clínica ubicada en proyectos de viviendas tiene sus propias particularidades. Se podría decir que algunos de los sitios se encuentran en contextos más difíciles, pero las personas no son diferentes. Al llegar aquí, uno siente una energía distinta. Las personas valoran mucho lo que hacemos. Llevo ocho años aquí y cuando salgo a la esquina, las personas, tanto jóvenes como ancianos, me saludan diciendo, ” ¡Hola, doctor!”, porque es posible que de una manera u otra esté atendiendo a su madre o a su hermano. A veces los propios pacientes me saludan. Saben que estamos aquí… considero que estas clínicas son como pequeños motores, que continúan con su marcha.

PBH:  ¿Todos sus pacientes viven en Ramona Gardens?

MA: No. Diría que aproximadamente la mitad de los pacientes son de la zona. Y cuando digo de la zona, me refiero a Ramona Gardens, City Terrace, Lincoln Heights. El resto proviene de otros lugares que pueden ser tan alejados como West Covina, Azusa o el Valle San Fernando. No sé cómo nos encuentran, pero probablemente cuando visitan la sala de urgencias, las instalaciones del condado o una clínica privada, allí les informan que esta clínica puede ayudarlos. Cuando nos visitan, los inscribimos en un programa del condado sin costo. Después de un tiempo, los pacientes prefieren nuestros servicios y nos les importa conducir desde West Covina, el Valle o incluso el aeropuerto, están dispuestos a hacer el viaje.

PBH:  ¿Ha sido un beneficio tener una clínica ubicada en Ramona Gardens?

MA: Sí, sin lugar a dudas es un beneficio. Tenemos muchos pacientes, especialmente en esta zona, que no cuentan con transporte. Dicen que les resulta fácil poder venir caminando a nuestra clínica. Aunque no funcionamos todos los días, intentamos adaptarnos a sus horarios. Tenemos un programa de atención de urgencias para las personas que necesitan hacer una consulta un día en que no estamos abiertos, y así pueden tener acceso a las demás clínicas en el Este de Los Angeles. Tengo pacientes de todas las edades que me dicen lo fantástico que es para ellos poder venir caminando a la clínica.

PBH:  ¿Debe atender una cantidad específica de pacientes por semana?

MA: Si bien somos una organización sin fines de lucro, lo importante es intentar atender a la mayor cantidad de pacientes que podamos. Nuestra meta general ha cambiado un poco. Ahora nuestro énfasis es en la calidad. Recibo pacientes de la sala de urgencias que no sabían que tenían diabetes, presión alta o colesterol. Nosotros los atendemos y nos encargamos de sus casos. Intentamos hacer lo mejor posible por nuestros pacientes. Les digo: “Miren, aquí les vamos a hacer lo mismo que hacen en el Oeste de Los Angeles, los vamos a tratar igual”.

PBH:  ¿De qué manera piensa que la nueva Ley de Atención de la Salud Asequible afectará a la clínica?

MA: Lo vemos como algo positivo. Como profesional médico, considero que esto era algo necesario. Pero vamos a ver qué ocurre. No sé si tendremos más o menos trabajo, o si vamos a poder atender más pacientes. Creo que van a surgir preguntas que ni siquiera el gobierno puede anticipar en este momento. Estoy seguro de que, debido a esta nueva ley, muchas de las personas que viven aquí ahora también vendrán a visitarnos. Tenemos folletos informativos al respecto y todos en la clínica dedicamos tiempo a explicar esta nueva ley a los pacientes. Además, AltaMed estableció oficinas y líneas directas telefónicas para atender las preguntas del público.

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