
No hay muchas escuelas locales en la zona alrededor del complejo de viviendas Ramona Gardens. Los estudiantes que asisten a la escuela preparatoria deben trasladarse fuera del vecindario, a El Sereno o Lincoln Heights, para estudiar en la preparatoria más cercana.
La mayoría de los estudiantes de la escuela primaria asisten a la escuela pública de la zona: la Escuela Primaria Murchison Street. Pero hay varios estudiantes que asisten a una escuela poco conocida entre los residentes: la Escuela Santa Teresita, la escuela católica privada del vecindario.
Fundada en 1950 por la Parroquia Santa Teresita, la escuela cuenta con más de 240 estudiantes de diferentes zonas de Boyle Heights y de los alrededores de Murchinson Ave. y Lancaster Ave. Los latinos representan el 97 por ciento de los estudiantes de esta institución escolar, que ofrece programas del kindergarten al 8 º grado y está ubicada junto a la Iglesia Santa Teresita, justo en frente al complejo de viviendas Ramona Gardens.
La escuela cuenta con importantes alianzas en la comunidad y ofrece todo desde apoyo académico después del horario escolar, servicios de salud en el recinto escolar y lecciones de música. Estos servicios son brindados por Mount St. Mary’s College, QueensCare, la Filarmónica de L.A. y la Escuela Thornton de Música de USC.
La directora de la escuela, la hermana Mary Katherine, de 63 años, lleva ocho años a cargo de esta institución y ha ampliado las medidas de desarrollo para poder ofrecer asistencia financiera a más del 91 por ciento de las familias a fin de cubrir la matrícula anual. La hermana Mary Katherine trabaja en educación desde 1971, y señala que el trabajo en Santa Teresita ha sido su experiencia más enriquecedora a la fecha.
El Pulso de Boyle Heights conversó con la hermana Mary Katherine sobre aquellas cosas que hacen a la Escuela Santa Teresita tan especial.
PBH: ¿Cuántos de sus estudiantes viven en Boyle Heights?
HMK: La gran mayoría proviene de Boyle Heights. Probablemente cerca del 90 por ciento de ellos. Y la mayoría de ese 90 por ciento proviene de aquí, de nuestro vecindario y de nuestra parroquia. También tenemos una buena representación de estudiantes de Ramona Gardens, diría que al menos representan el 25 por ciento.
PBH: ¿Cuáles son algunos aspectos a los que usted ha dedicado su atención desde que está a cargo de la escuela?
HMK: Nuestra misión como escuela católica es la apertura hacia los padres católicos se acerecan a la escuela y piden matricular a sus hijos; hacemos todo lo que está a nuestro alcance para ayudarlos a alcanzar esa meta. Y esto significa que asumimos la obligación de recaudar fondos. Por eso hemos trabajado mucho en desarrollo, buscando fundaciones y también benefactores que básicamente adoptan a esos estudiantes.
PBH: ¿Cómo piensa que Santa Teresita se adapta a este vecindario?
HMK: En muchos sentidos, considero que Ramona Gardens es el corazón de esta parroquia. Las puertas de nuestra escuela están abiertas a Ramona Gardens. Y lo mismo es válido para la puerta de nuestra parroquia: literalmente está abierta a esa comunidad. Los padres de Ramona Gardens participan mucho y nos ayudan de todas las maneras que pueden. Y eso incluye ejemplos específicos como encargarse del tránsito por las mañanas, ofrecer servicios de seguridad todas las mañanas y las tardes. Por lo tanto, el día comienza y termina con padres voluntarios que nos ayudan con estas tareas. Y también hemos tenido padres que supervisan a los alumnos durante el almuerzo. Claramente los padres colaboran con la comunidad en esta escuela.
PBH: ¿Qué le gustaría que ocurriera en esta escuela y/o comunidad?
HMK: Hace varios años participé en una reunión de la comunidad en la Escuela Primaria Murchinson y compartí mi sueño de crear una orquesta de la comunidad. Si pensamos en una escala más grande, en esta ciudad oímos mucho sobre cómo (Gustavo) Dudamel llegó a Los Angeles con sus antecedentes en El Sistema de Venezuela, donde los niños de vecindarios muy carenciados reciben hermosos regalos al aprender música. Y pregunté, ” ¿No sería eso una gran cosa para traer a Ramona Gardens y a nuestro pequeño vecindario?” Pero es claro que necesitamos fondos para eso; necesitamos patrocinadores. No tenemos un gobierno que nos dé dinero para crear un programa como el de Venezuela. Sueño con tener estudiantes que lleven un violín debajo del brazo. Creo que tenemos un sólido vínculo y contacto con la comunidad, pero claramente hay mucho más que podemos hacer.
PBH: ¿Es verdad que el antiguo alcalde de Los Angeles, Antonio Villaraigosa, fue estudiante de Santa Teresita?
HMK: Sí, asistió a esta escuela. He estado presente en situaciones públicas en las que Villaraigosa señaló públicamente, no obstante, que se le había pedido que se retirara de la escuela. Por ejemplo, la última vez que estuvo presente en la escuela fue cuando celebramos nuestro 60 º aniversario en 2010. En esa ocasión, además de animar a los estudiantes a trabajar y estudiar mucho, también les dijo que había tenido dificultades con algunas cosas de aquí y le habían pedido que se retirara (risas). Pero en realidad, Villaraigosa lo usa como una oportunidad para alentar a los demás, porque se da cuenta del enorme valor de la educación y puede hacer referencia a su propia juventud, en la que quizás no aprovechó algunas oportunidades.
PBH: ¿Qué le gustaría que los residentes de Boyle Heights que no conocen a esta escuela supieran sobre Santa Teresita?
HMK: Lo que me gustaría que supieran es que aquí en Santa Teresita decimos que es un buen lugar para aprender. Pero me gustaría agregar que también es un lugar para aprender con alegría. Me encanta preguntarles especialmente a los niños pequeños porque son muy abiertos. En vez de preguntarles, ¿Cómo estás? Les pregunto: ¿Estás alegre? Para mí es la forma de tomar la temperatura sobre la situación de la escuela. Para mí, la gran oportunidad que tenemos aquí en la escuela es la de introducir a los niños a una vida de fe. Y esto diferencia especialmente a nuestra escuela de las demás escuelas privadas, escuelas autónomas (charter) o escuelas públicas. Aquí podemos ayudar a los padres en su tarea de formar espiritualmente a sus hijos.