Celia Anaya González sells fruit from her car on the corner of Fourth Street and Soto. / Credit: Jonathan Olivares
Celia Anaya González vende fruta en un carro frente a Carl’s Jr. en las calles 4 y Soto. / Credit: Jonathan Olivares

Bajo un sol abrasador, Alejandra Hernández trabaja de pie junto a su carro de brillantes colores en la plaza de juegos de Hollenbeck, mientras raspa hielo y el sudor de la frente baja por los costados de su rostro. Junto al hielo y la fruta, su carro de madera está lleno de ‘chips’, paletas y mazorcas de maíz. La venta de estos productos es su forma de ganarse la vida.

Hernández tiene listo su carro a las 2 p.m. Sonríe y saluda a los clientes en su dialecto de español de Durango. Los niños se acercan, la miran con grandes ojos y señalan los productos que les interesan. Con frecuencia les regala algún dulce, ya que sabe que hay niños que no tienen dinero.

Al terminar la tarde atendió 21 clientes y vendió 60 dólares, que es más de lo que muchos vendedores ambulantes generan al día. Además, hay que tener en cuenta que el costo de los productos para rellenar el carro reduce el ingreso de los vendedores.

“La vida del vendedor no es fácil. Todos estamos haciendo la lucha para el pan de cada día y para sacar los hijos para adelante, porque la verdad trabajo no hay”, dice Hernández.

Para bien o para mal, los vendedores ambulantes se han convertido en parte de la vida cotidiana de Boyle Heights. Son personajes conocidos, asociados con recuerdos de diferentes lugares y eventos.

Para María Pascual, su experiencia de asistir a la Escuela Preparatoria Theodore Roosevelt está asociada con el aroma de un vaso de champurrado caliente que un vendedor ambulante le servía todas las mañanas. También piensa en la mujer de pelo blanco que vende helado y ‘chips’ después de las clases y la mujer conversadora que vende churros los domingos a la salida de la iglesia Dolores Mission.

Los vendedores ambulantes se acercan a ofrecer versiones pirateadas de DVD o CD a los residentes que se llegan a la gasolinera. Algunos parecen haber estado siempre en la calle, mientras que otros parecen haber llegado hace pocas semanas.

Expertos como el profesor Manuel Pastor, codirector del Centro para el Estudio de la Integración de los Inmigrantes de la Universidad del Sur de California, señala que los inmigrantes recién llegados y las personas sin empleo muchas veces se dedican a vender productos en la calle. Como muchos vendedores están indocumentados, no les es fácil conseguir otros tipos de empleos. Además, como este tipo de inmigrantes generalmente no tiene acceso a capital, la posibilidad de comenzar un negocio legal es realmente muy baja.
Debido a la crisis económica, una mayor cantidad de personas ha optado por la economía informal. Hoy día hay más competencia entre los vendedores, señala Hernández, la vendedora de raspados. Otros vendedores dicen que no tienen otro tipo de trabajo al que recurrir.

TENSIONES CON LOS RESIDENTES
Si bien la vida de los vendedores ambulantes no es fácil, tampoco les facilitan la vida a las comunidades donde trabajan, según la opinión de las personas que se oponen a los vendedores ambulantes. Los residentes se quejan de la suciedad que dejan, la falta de higiene en las que algunos trabajan y la amenaza que representan para los negocios establecidos que pagan impuestos y tienen costos más altos.

Terry Márquez, ex presidenta de la Asociación de Propietarios de Viviendas de Boyle Heights y ex miembro del Consejo del Vecindario, afirma que los vendedores le roban clientela a los restaurantes y a los propietarios de negocios. Comprende los motivos por los cuales muchas personas venden en forma ilegal, pero le preocupa la alegada suciedad que dejan en el vecindario y falta de higiene de algunos de los alimentos que se ofrecen.”

El Departamento de Salud del Condado Los Angeles señala que es difícil establecer si las enfermedades transmitidas por algunos alimentos provienen de las ventas de alimentos en las calles. El departamento investiga las denuncias sobre las enfermedades relacionadas con los carros de ventas, pero cuenta con muy pocos investigadores para responder con rapidez. Como la mayoría de los síntomas de la intoxicación con alimentos en mal estado se asemejan a la gripe, hay muchos casos que no se reportan.

Otros miembros de la comunidad afirman que los vendedores ambulantes no cumplen con las leyes y no pagan impuestos. Frank Wada, miembro de la Junta Asesora de la Policía de la Comunidad Hollenbeck, acompañó a la policía cuando hicieron retirarse a algunos vendedores. “Los negocios tienen que tener una licencia”, afirma. “Tienen que pagar impuestos y también tienen gastos fijos. Los vendedores ambulantes no pagan nada de eso”.

Cuando la policía comenzó a tomar medidas contra los vendedores ambulantes sin licencia en el año 2009, la comunidad se vio dividida en este tema. Después de que se cerrara un mercado de alimentos sin licencia en Breed Street, los vendedores se dispersaron pero no desaparecieron.

CÓMO AYUDAR A LOS VENDEDORES A OBTENER LICENCIAS
El lanzamiento previsto para este mes de un nuevo programa piloto para vendedores ambulantes podría ser la solución para todos, señala el concejal José Huizar. East Los Angeles Community Corporation (ELACC) y la oficina de Huizar han trabajado desde el año 2009 para ayudar a los vendedores a obtener licencias y poder vender legalmente. A partir del otoño los vendedores podrían participar en un mercado nocturno de productos agrícolas, que se llevará a cabo en la Escuela Secundaria Hollenbeck, si obtienen un permiso como vendedores y aprueban el examen de manipulación de alimentos del Departamento de Salud del Condado de Los Angeles. Además, ELACC ofrece a los vendedores clases de instrucción en finanzas y consejos para propietarios de pequeñas empresas.

Es difícil determinar con exactitud cuál será la reacción del vecindario. Janet Favela, organizadora de la comunidad de ELACC, es consciente que los vendedores ambulantes son un tema candente. “Es un tema que no tiene términos medios”, señala. “Tiene que ver con la cultura de la zona; tiene que ver con las normas”.

De todas formas, agrega, “los vendedores ambulantes de esta comunidad representan el sueño que tantas personas tienen cuando llegan a este país. Son pequeños emprendedores”.

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