Publicado originalmente en Misneighbors.com

Hace dos años, Denice Díaz, de 25 años, y su novio Adam Bernales, de 28 años, recorrieron el país de Chicago al Este de Los Angeles y recolectaron libros a lo largo del viaje.
En el asiento trasero y en el baúl de su automóvil, guardaron copias de “Quite Early One Morning” de Dylan Thomas y “La casa de los espíritus” de Isabel Allende, además de otros libros que en su mayoría reflejan sus intereses personales.
Nunca pensaron que esos libros se exhibirían en una estantería en la pequeña tienda de ropa que la madre de Díaz acababa de inaugurar en las avenidas Rowan y César Chávez. Pero después de ayudar en la tienda durante seis meses, en la que habían vendido libros en pequeñas cantidades, surgió la idea de abrir una librería.
“Mi madre pensó que vender libros era una idea un poco alocada porque aquí no existe la costumbre de la lectura”, dijo Díaz, que nació y se crió en el Este de Los Angeles.
La madre de Bernales había sido maestra escolar en Chicago, donde él creció rodeado de libros. Pero aquí se dio cuenta rápidamente de la falta de librerías en la zona. “Teníamos que conducir hasta Pasadena, Long Beach o el oeste de la ciudad para encontrar libros”, dijo.
Díaz y Bernales comenzaron con una estantería de unos 40-50 libros, apretada junto a la ropa para damas, los cosméticos, las bolsas reciclables y otros adornos. Pero pronto las estanterías acapararon casi la mitad de la tienda para hacer lugar a la creciente colección.
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