Foto de Robinson Ramos
Foto de Robinson Ramos

El brillo de los trofeos que se exhiben en la vitrina de la pequeña tienda ubicada en First Street capta la atención de muchos pasajeros del Metro que llegan a la estación de la Plaza del Mariachi. La pequeña tienda de trofeos de Boyle Heights atrae clientes de cerca y de lejos, y tiene aficionados de todo el mundo entre los principales atletas y celebridades.

Además, House of Trophies celebró esta primavera sus 25 años. Sin embargo, mientras la tienda festejó este importante aniversario, sus propietarios reconocen que el negocio se ha enfrentado a unos cuantos desafíos, entre ellos los cambios de dueños, la nueva competencia y las crisis económicas.

El año pasado, House of Trophies perdió a su cliente más grande. Durante los últimos cinco años, la pequeña tienda era la encargada de proporcionar casi el 80% de los premios otorgados por el Departamento de Recreación y Parques de la ciudad de Los Angeles. Esto incluía los trofeos y placas para todos los equipos deportivos de fines recreativos en la ciudad.

Pérdida de su principal cliente
Cuando Anderson Trophy, del Valle de San Fernando, ganó el contrato, la tienda House of Trophies perdió casi la mitad de sus ingresos y se vio obligada a recortar el presupuesto. “Debimos reducir nuestro personal a cinco empleados. Y voy a tener que recortar un puesto más. Además, los impuestos aumentaron tanto que no puedo hacer frente a todo. Vamos a tener que trabajar más”, dice Saúl González, propietario de la tienda con otro socio. Tenía 10 empleados hace tan sólo seis meses atrás.

La desaceleración en la economía también cambió la manera en que muchos equipos compran sus trofeos. González dice que las medallas y las placas han sustituido algunos de los trofeos y estatuas de mayor tamaño. “Creo que vendí más de 20 o 30 mil medallas”, dice González, refiriéndose al año anterior.

González señala que diferentes organizaciones tienden a comprar cosas diferentes. “Las compañía tradicionales tienden a comprar placas”, dice. “Los organismos del orden público llevan estrellas. Los maestros generalmente prefieren cosas pequeñas como medallas”.

Historia de una pequeña empresa tradicional
González, de 37 años, creció en Alison Village en Boyle Heights y trabaja en la tienda desde que era estudiante de la escuela secundaria básica. “Comencé a trabajar aquí después de la escuela, barriendo”, dice. “En el séptimo grado ya vendía placas”.

House of Trophies abrió sus puertas en 1988 bajo el nombre de Casa Prieto Trophies. Era una sociedad entre Pedro Prieto y Joe Campos. Campos había trabajado para Dodge Trophy and Awards Company, empresa que solía fabricar los premios Óscar. En 1992, Campos compró la parte de Prieto y la tienda pasó a llamarse House of Trophies. González luego se convirtió en el socio de Campos.

Dos años más tarde, Prieto, que ya tenía una tienda de uniformes a pocos pasos de distancia, transformó su tienda en una tienda de artículos deportivos y también vende trofeos.
González dice que House of Trophies continúa concentrándose en lo que el negocio sabe hacer mejor. “Vamos a ser una cosa, ese es nuestro lema”, dice González, agregando que esto significa brindar “el mejor servicio, la mejor calidad y el mejor precio al cliente”.

El servicio al cliente es clave
Internet ha cambiado la manera en que esta pequeña empresa hace negocios, pero González dice que todavía depende mucho de las recomendaciones de sus clientes satisfechos.
Los clientes parecen coincidir con esta percepción. San Cristóbal, residente de Boyle Heights hace 40 años, visita House of Trophies desde hace seis años para comprar trofeos para su liga de fútbol soccer. Dice que vuelve a esta tienda por el servicio que recibe.

Raúl Rodríguez hace tres años que es cliente de la tienda. Si bien existen tiendas de trofeos en el Valle San Fernando donde vive, le gusta el servicio y la calidad de los trofeos de House of Trophies.

La atención personalizada de los propietarios ha tenido como resultado que los clientes vuelvan y recomienden una buena cantidad de potenciales clientes. Cuando la cantante mexicana Jenny Rivera murió inesperadamente en diciembre del año pasado, la tienda recibió el pedido de fabricar la placa para su urna. González dice que se sintió honrado de haber participado personalmente en este acontecimiento y puede decirle a su familia, “ ¿Vieron?  ¡Yo hice eso!”

Clientes que son celebridades
Otras celebridades, como George López, Magic Johnson y Óscar De La Hoya han visitado la tienda de trofeos. Esta pequeña empresa ha vendido trofeos y placas a dignatarios y políticos, incluyendo al expresidente George W. Bush y al expresidente mexicano Vicente Fox. Asimismo, también ha vendido trofeos para atletas de las Grandes Ligas y a jugadores profesionales de fútbol soccer.

Si bien la tienda cuenta con algunos clientes internacionales, la mayoría de su clientela se basa en clientes locales que vuelven a realizar otros pedidos. “Hay muchos grupos de iglesias, que son los que nos mantienen trabajando”, dice González.

Campos murió hace unos años, pero González dice que su legado continúa vivo en las prácticas empresariales de la tienda.
Según González, cuando perdían un cliente Campos solía decir “No hay que preocuparse cuando se van. Hay que sonreír, agradecer y decir ‘Nos vemos otro día’ y así vuelven a venir”.

Robinson Ramos

Robinson Ramos is a recent graduate of Felicitas and Gonzalo Méndez High School. He is a passionate musician and math enthusiast. He likes working with computers and enjoys running in his spare...

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