Los clientes hacen sus pedidos en la "lonchera" de Gisela y Rafael Sánchez. /Foto de Juan Gutiérrez
Los clientes hacen sus pedidos en la “lonchera” de Gisela y Rafael Sánchez. /Foto de Juan Gutiérrez
Los clientes hacen sus pedidos en la “lonchera” de Gisela y Rafael Sánchez. /Foto de Juan Gutiérrez

En los últimos tres años, la popularidad y la creatividad de los productos a la venta en los camiones de comida, llamados “loncheras” ha aumentado en todo el país, especialmente en Los Angeles. Ya sea para vender tacos coreanos o sándwiches gourmet de queso derretido, estos camiones recorren las principales ciudades y anuncian dónde estarán a través de las redes sociales como Twitter y Facebook.

En Boyle Heights, sin embargo, las “loncheras” no son algo nuevo, sino que son una parte esencial y de larga data del vecindario.   Algunos de estos camiones hace décadas que trabajan en las mismas esquinas. Pero algunos de los propietarios afirman que dada la situación económica de hoy, con más inspecciones y complejos procesos para obtener permisos, se les hace más difícil ganarse la vida.

Gisela y Rafael Sánchez, propietarios de una “lonchera”, tienen su camión en la esquina de las calles Evergreen y César Chávez.   Al caer la noche, se puede ver a Rafael conectar un sistema de luces mientras Gisela sirve tacos y burritos a la fila de clientes.

Hace tres décadas comenzaron a vender comida en un pequeño puesto. Aunque pronto tuvieron dinero suficiente para comprar un camión y empezaron a trabajar en Inland Empire. Con el paso de los años, los Sánchez trabajaron en el centro y con el tiempo Boyle Heights se convirtió en su hogar. Su negocio ha luchado para sobrevivir a lo largo de los años, pero la pareja ha tenido éxito suficiente para mantener a su familia e incluso ha podido mandar a sus dos hijas a la universidad.

De todas formas, los Sánchez dicen que la economía ha empeorado. “Antes eran buenos tiempos. Ahora ya no”, dice Rafael.

Costos ocultos
Rafael hizo una lista de los costos que reducen sus ganancias. “Tengo que pagar el 6%   de lo que gano cada tres meses a la Junta de Impuestos sobre las Ventas de Los Angeles; unos mil dólares [por mes] para la limpieza del camión y 230 dólares por semana para el mantenimiento. Todo esto sale de mi bolsillo”, señala Rafael.

Jesús Hermosillo realizó un estudio sobre las “loncheras” en 2010 para el Centro de Investigación y Educación sobre el Trabajo. Hermosillo informó que las regulaciones sanitarias eran complejas y que los propietarios no siempre las comprendían.

“El Departamento de Salud del Condado debe comunicarse mejor”, dice Hermosillo. “Algunos de los inspectores no hablan español”.

Entre los desafíos a los que se enfrentan hoy los propietarios de “loncheras” son el alto precio de la gasolina, los requisitos de permisos, las rigurosas inspecciones, los costos de mantenimiento y las complejas regulaciones de la municipalidad y del condado. La preocupación más reciente de los propietarios de “loncheras” es pagar la inscripción para realizar una inspección y recibir una calificación sobre la calidad de los alimentos.

Nuevo en 2011: calificaciones sanitarias

Gisela y Rafael Sánchez junto a su lonchera popular.
Gisela y Rafael Sánchez junto a su lonchera popular.
Gisela y Rafael Sánchez junto a su lonchera popular.

A partir de enero de 2011, los propietarios de “loncheras” en Los Angeles deben cumplir con la nueva ordenanza que exige que los camiones exhiban la calificación que recibieron de las autoridades sanitarias públicas, al igual que los restaurantes. Según el Departamento de Salud del Condado Los Angeles, hay 16 “loncheras” inscriptas en el código postal 90033. Pero hay otros camiones que trabajan en Boyle Heights y están inscriptos en otros lados, lo que les permite evitar el costo adicional de la nueva regla de inspección y no necesitan obtener una calificación.

Raúl Ortega, propietario de Mariscos Jalisco, ha tenido mucho éxito en Boyle Heights a pesar de los costos adicionales y las estrictas reglas de inspección.

Ubicado en Olympic y Lorena, hace once años que su camión de tacos de mariscos se encuentra en el vecindario y atiende a largas filas de clientes durante todo el día. Los clientes vuelven porque les gustan los ingredientes frescos y los precios sin igual.

Mariscos Jalisco se ha vuelto famoso por sus cócteles de campechana y los tacos de camarón bañados en salsa de tomate picante y decorados con rebanadas de aguacate fresco. Su fama se extendió fuera del vecindario gracias a las críticas favorables de los expertos culinarios como Jonathan Gold, que ahora trabaja para Los Angeles Times.

Como muchos propietarios de “loncheras” en la zona, los Sánchez estacionan su camión por la noche en la comisaría de Maywood. Como Maywood está fuera de los límites de la ciudad, su camión no está sujeto a la ordenanza pertinente a las calificaciones.

“Si la comisaría se encuentra en una ciudad que no aprobó la ordenanza, entonces no hay que tener la calificación. Todo depende del lugar donde se encuentre la comisaría”, dice Pat Jocan del Departamento de Salud Pública del Condado Los Angeles.

Los vendedores de alimentos en Boyle Heights son un pilar para la comunidad y ofrecen desde famosos cócteles de campechana a tacos de camarón y sabrosos tacos de carne asada. En lo que respecta a la comida callejera, “Boyle Heights es la meca”, dice Ortega.

Lesly Juarez

Lesly Juárez is a recent graduate of the Math, Science and Technology Magnet Academy at Theodore Roosevelt High School. During her free time, she likes to read, run and swim. She now attends California...

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