Dos niños pequeños estaban jugando a la roña afuera cuando su madre los llamó a cenar. Subieron corriendo por las escaleras de hormigón del deteriorado complejo de viviendas de Boyle Heights donde viven en un apartamento de dos dormitorios. Pero cuando llegaron a la mesa, no tenían lugar para sentarse.
Se habían apretujado otros siete miembros de la familia alrededor de la mesa, lo que obligaba a aquellos que llegaban tarde a tomar su arroz con frijoles y sentarse a comer en las escaleras fuera del apartamento.
Es una escena frecuente en la casa de los De León y muchos otros en Boyle Heights, donde a menudo muchas personas se amontonan en una vivienda demasiado pequeña.
“Hay muchas personas que viven aquí, ya que solo tenemos dos dormitorios para nueve personas. Pero ya estamos acostumbrados a vivir así”, dice María De León, la madre de los niños pequeños e inquilina de la unidad de vivienda asequible de Estrada Courts.
La crisis económica obligó a muchas familias a juntarse y compartir una casa o un apartamento, señalan los defensores de planes de vivienda asequible.
“Cada vez hay más personas en Boyle Heights y más familias hacinadas en un apartamento de un dormitorio porque no pueden pagar por algo más grande”, señala Elizabeth Blanley, cofundadora de Unión de Vecinos, una organización que trabaja por los derechos de los inquilinos.
“Hasta que la economía se estabilice y suba la cantidad de propietarios de viviendas, las personas no tendrán otra opción que insistir por obtener viviendas asequibles o deberán continuar compartiendo con otras familias una vivienda para ahorrar dinero”, afirma Blanley.
Los problemas económicos y de vivienda que sufren muchas de las familias de Boyle Heights se reflejan en los datos de la población: hay siete veces más personas por milla cuadrada en Boyle Heights que en el Condado de Los Angeles en su totalidad, dice Chris Ringewald, citando el Censo de EE.UU. de 2010. Ringewald trabaja como encargado de estudios de investigación de HealthyCity.org, una organización sin fines de lucro para la recolección de información.
Concentración de inquilinos
En Boyle Heights, más del 70% de los residentes son inquilinos, según un estudio realizado en el 2011 por la Facultad Luskin de Asuntos Públicos de UCLA y White Memorial Hospital. En todo el condado, aproximadamente el 50% de los residentes son inquilinos.
El estudio señaló que en los últimos años hubo una mayor cantidad de viviendas de bajos ingresos disponibles en Boyle Heights. En 1990, el 37% de las viviendas fue designado como de bajos ingresos. Para el 2009, el 41% de las viviendas de Boyle Heights fue designado como de bajos ingresos. En marzo del año pasado se inauguraron los Apartamentos Lorena Heights, que ofrecen 117 unidades nuevas a familias con ingresos entre bajos y moderados.
“Los Apartamentos Lorena Heights se construyeron para ofrecer viviendas seguras, limpias y asequibles a familias de bajos ingresos”, señala Yvette Dueñas, directora de la comunidad de los Apartamentos Lorena Heights.
Los residentes que se oponen a aumentar la cantidad de viviendas públicas en esta zona arguyen que esto perjudicará económicamente a la comunidad. Una mayor cantidad de viviendas públicas atraerá a familias de bajos ingresos que no son de Boyle Heights, sin ofrecerles más viviendas asequibles a los residentes que ya viven aquí, señalan.
“Cada comunidad debe ser responsable de su propios residentes y problemas socioeconómicos, y Boyle Heights no debe ser el lugar que todo el mundo elija para construir viviendas para personas de bajos ingresos”, afirma Felicitas Acosta, dueña de propiedades en Boyle Heights y miembro de la Asociación de Propietarios de Viviendas. “Necesitamos diferentes tipos de ingresos si queremos que Boyle Heights progrese”.
Según Isela C. Gracian, subdirectora de East LA Community Corporation (ELACC) la mayoría de las personas que se muda a las nuevas unidades de vivienda asequible de Boyle Heights provienen del Este de Los Angeles.
Pero admite que “las leyes actuales no admiten dar preferencia según la región geográfica”, como el caso de considerar si un aspirante ya es residente de Boyle Heights.
Algunos propietarios locales consideran que Boyle Heights se fortalecería económicamente si creciera la cantidad de propietarios de viviendas. Martha Cisneros, tesorera de la Asociación de Propietarios de Vivienda, señala: “Para que las personas compren más viviendas, tenemos detener la construcción de viviendas asequibles para personas de bajos ingresos y debemos trabajar para atraer a más residentes de clase media”.
Condiciones insalubres
Muchos de los complejos de apartamentos y casas asequibles de Boyle Heights se construyeron antes de 1978 y no han tenido mantenimiento ni mejoras a lo largo de los años. Como resultado, muchos complejos de apartamentos plantean peligros para los inquilinos, especialmente para los niños y los ancianos, afirma Blanley.
“Hay agujeros en las paredes. Hay roedores. Hay mucho plomo en la pintura. Y todos estos elementos provocan asma en los niños pequeños”, agrega Blanley. “Es de vital importancia asegurarse de que los edificios estén mantenidos, así también las familias se pueden mantener saludables”.
El complejo al que los niños De León consideran su hogar tiene muchas puertas y paredes cubiertas con graffiti, mosquiteras dañadas en las ventanas y pintura descascarillada.
Una ordenanza establece que es ilegal que varias familias vivan bajo el mismo techo, pero algunos residentes de Boyle Heights y defensores de la vivienda sostienen que no es una ley que se haga cumplir.
“En general, la ordenanza contra el hacinamiento no se hace cumplir debido a la gran falta de vivienda asequible, además, la idea de dejar a la gente en la calle no es mejor”, señala Linda Kite, directora ejecutiva de Healthy Homes Collaborative (Colaboración para Viviendas Saludables), una organización dedicada a eliminar los peligros ambientales en los hogares y comunidades.
Por ahora muchas familias no tienen motivo alguno para esperar un cambio a futuro.
“Sueño con comprar una casa decente para mi familia, pero no creo que pueda, porque no he podido hacerlo antes ni ahora”, dice Marisela Sánchez, inquilina de los Apartamentos Wyvernwood Garden.