Angel Toscano y Galya Yelena Gonzales. / Foto: Angel Lizarraga
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Cuando un niño se muestra rebelde, agresivo, descontento o se aísla de los demás, a menudo se lo describe como un individuo con problemas de conducta. Pero es probable que el niño esté sufriendo una herida emocional y esté intentando curar su dolor.

La violencia doméstica arruina las relaciones humanas y puede terminar con las vidas de las personas. También puede destruir las vidas de los niños que son testigos del abuso cometido por uno de los padres. Con frecuencia, los niños que viven en hogares asolados por la violencia doméstica, se convierten ellos mismos en víctimas de abuso sexual y verbal. Algunos también sufren abandono, se vuelven agresivos, se deprimen o abusan de sus seres queridos más adelante en la vida, señalan los expertos.

“Los niños son las principales víctimas”, señala Sonia Rivera, directora de la oficina contra la agresión sexual y servicios de emergencia del Centro para Mujeres del Este de Los Angeles. “Son los más afectados. Los niños quedan traumatizados y llevan esa cicatriz el resto de sus vidas”.

Ángel Toscano, que ahora tiene 17 años, recuerda que cuando era niño su vida familiar estaba plagada de gritos y alaridos. Su madre dice que su hijo fue testigo de muchas cosas más. Asegura que nunca olvidará el día en que el padre de Toscano le dio una bofetada tan fuerte que lo arrojó debajo de la cama. En aquel momento, Toscano tenía tres años.

Toscano dice que no recuerda nada sobre el abuso. Pero los primeros años de su infancia, era rebelde y a menudo tenía problemas en la escuela. Dice que no está seguro si el abuso era lo que provocaba esa conducta, pero “creo que algo tenía que ver con [oír] sus gritos en mi cabeza”.

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Consecuencias Duradearas
Ser testigo de la violencia puede tener consecuencias para toda la vida. Con frecuencia los niños imitan lo que vieron en sus hogares y piensan que es aceptable hacer comentarios despectivos o actuar en forma violenta, dice Esperanza Romero, asistente legal del centro para mujeres Rainbow Services, en San Pedro. A modo de ejemplo, Romero mencionó el caso de un niño pequeño que había visto a su padre golpear a su madre y oír que despectivamente la llamaba

“Como consecuencia, el niño también comenzó a llamar a su madre as픝, dice Romero. “También decía cosas con contenido sexual explícito. Además de decir, ‘Soy un mafioso’. Está claro que los niños se ven muy afectados”.

Muchos niños que experimentan violencia doméstica viven con el temor de perder al padre o madre que es víctima del abuso. Durante los primeros años de su infancia, el miedo más grande de Toscano era perder a su madre, la única persona que sentía que se preocupaba por él.

Ser testigo de la violencia tiene un gran impacto en el desempeño escolar, señala Rivera, del Centro de Mujeres del Este de Los Angeles. Para hacer las tareas domésticas hay que poder concentrarse, y señala que “es difícil hacer las tareas cuando hay peleas en casa”.

Estrategias Para La Orientación
Dependiendo de la edad del niño y del tipo de abuso que haya experimentado, los centros de tratamiento emplean diferentes estrategias para la orientación.

Rainbow Services ofrece orientación individualizada para los adolescentes. Como a los niños más pequeños les resulta difícil expresar lo que sienten o experimentan, los consejeros les piden que hagan dibujos o participen en actividades grupales.

Romero cuenta la historia de un niño que hizo un dibujo de su familia. El padre tenía un revólver en la mano y el niño estaba parado entre los dos, intentando proteger a su madre.

Cuando Toscano tenía problemas de conducta en la escuela, su madre temía que creciera y se convirtiera en alguien agresivo, pero nunca buscó servicios de orientación para su hijo. Toscano dice que el apoyo que recibió de su madre fue suficiente para ayudarlo a mantenerse en su camino y a sanar el dolor emocional.

“Mi madre me quería, me cuidaba y nunca me dio la espalda”, dice Toscano.

“Aprendí mucho sobre las relaciones entre las personas, y las cosas que debo hacer en vez de gritar o abusar”.

Toscano se gradúa en estos días de la escuela preparatoria con honores. Él cree que puede superar las dificultades que vivió durante su infancia, romper el círculo de violencia y convertirse en un buen esposo y padre.

Dice que “será más cariñoso” que su padre. “Hay otras formas para disciplinar” que no sea la violencia, dice.

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