Photo by Marcia Facundo
Foto de Marcia Facundo.
Foto de Marcia Facundo.

La vida después de la jubilación puede resultar muy solitaria para la mayoría de las personas, pero para un grupo de señoras de la tercera edad de Ramona Gardens se ha convertido en una nueva oportunidad para entablar amistades e incluso aprender algunas habilidades nuevas.

Durante los últimos 20 años, aproximadamente una docena de mujeres mayores de 55 años se reúne todos los miércoles. Durante casi tres horas en cada encuentro, este grupo participa en actividades que las acercan, y lo que es más importante, las mantienen ocupadas.

“Me hace bien porque es necesario salir un poco. Las personas mayores no pueden estar siempre metidas en sus casas”, dice Consuelo Gracia, la más antigua del grupo conocido como el “Senior Club” o club de personas de la tercera edad.

Gracia, residente de Ramona Gardens desde 1971, ha aprendido a tejer en las reuniones y está creando una colorida bolsa en la que combina clips metálicos de las latas de refrescos. Ha participado en las reuniones desde su comienzo, cuando el club se llamaba “The Golden Girls Unlimited” (Las chicas doradas ilimitadas).

Recuerda que fue Isabel Ayala, fundadora y coordinadora del grupo durante más de 20 años, la que bautizó al grupo con ese nombre.

Ayala también comenzó a incluir proyectos de manualidades en las reuniones. “Solía decir que no debíamos quedarnos de brazos cruzados, que necesitábamos hacer algo”, recuerda Gracia.

“Hoy se trata de venir a charlar y pasar juntas un rato. Si alguien quiere tejer, lo hace, si alguien no sabe hacerlo, otra le enseña. Si no quieres tejer, puedes armar un rompecabezas o simplemente conversar y tomar café”, agrega.

Bersavé Padilla, que se unió al club hace cuatro años, es la miembro más nueva del grupo. Dice que no le gustan las manualidades ni tejer, pero le gusta la compañía de las otras mujeres.

“A veces llevo un rompecabezas y lo armo, cuando alguien lleva comida la ayudo a servir”, dice.

Padilla explica que las reuniones son muy entretenidas. “A veces jugamos a la lotería o hacemos un sorteo. Siempre esperamos con entusiasmo que llegue el miércoles para venir; algunas de nosotras evitamos hacer otras citas para poder estar aquí ese día”.

Las señoras con más experiencia en tejer y hacer manualidades enseñan a las demás.

Mientras las señoras trabajan, Rosa Cervantes las observa y guía en el proceso de crear sus manualidades. Las demás la llaman “la maestra”, aunque ella insiste en que no es realmente una maestra.

“Solo les enseño lo que s锝, dice Cervantes, mientras mira hacia la derecha, preocupada con la manera en que una de las señoras está entrelazando las piezas de metal en el cordel.

“Como lo estás haciendo te va a hacer doler las manos. Ese cordel es demasiado grueso”, advierte.

Senoras tejen juntas. Foto de Marcia Facundo.
Senoras tejen juntas. Foto de Marcia Facundo.

Las personas de la tercera edad son supervisadas por el Consejo Asesor de Ramona Gardens (RAC, por sus siglas en inglés). Además de brindarles un lugar donde reunirse y ofrecer café todos los miércoles, el consejo también las lleva a recorrer parques y bibliotecas en Los Angeles, y también les informa sobre los próximos eventos en Ramona Gardens.

Siempre hay comida en estas reuniones: platos caseros, tortillas frescas, queso y frijoles refritos que todas comparten mientras mantienen una conversación animada en la que frecuentemente bromean y hacen chistes entre ellas.

Cecilia Murillo es una de las veteranas de este club. Hace más de 15 años que asiste a las reuniones de los miércoles. Dice que le gusta traer comida a las reuniones para compartir con las demás.

“Desde el primer día en que participé, realmente me gustó compartir con ellas”, dice Murillo. “Nos enseñamos unas a otras cómo bordar; la que sabe cómo hacerlo le enseña a la que no sabe y disfrutamos mucho de pasar un rato juntas”.

Murillo explica que a lo largo de los años su amistad ha trascendido las paredes del salón donde se reúnen.

“Nos conocemos, siempre solemos ir juntas a la Plaza Olvera o a la misa de los domingos, y cuando vamos de paseo, siempre nos mantenemos juntas”, agrega.

Madre de 11 hijos, casi 60 nietos y más de 20 bisnietos aquí en Estados Unidos y en México, Murillo sigue disfrutando de la calidez de las amistadas entabladas en este club.

“Nos acercamos mucho entre nosotras y nos mantenemos así”, agrega.

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