El aroma de los productos horneados invade la intersección de las calles Primera y Saint Louis, causando que los transeúntes que pasan por la FarmaciaSt. Louis se pregunten de dónde proviene ese sugerente aroma.

Aunque no hay un cartel en la entrada de la farmacia, los propietarios Amy Tam y Andy Fuentes han gestionado Cake Girl desde junio del año pasado: una panadería vegana ubicada dentro de esta farmacia que continúa activa tras 99 años de trayectoria.
Fuentes, de 28 años, que creció en Boyle Heights y se graduó de la Escuela Preparatoria Theodore Roosevelt, afirma que se encontró con este lugar por pura casualidad. En el interior de la farmacia, donde en algún momento hubo una fuente de soda tradicional, Fuentes y Tam ahora sirven sus productos usando el mismo mostrador original. Hay una vitrina repleta de productos panificados de brillantes colores, como donas, cupcakes, galletas y brownies, en vez de pan dulce y otros productos mexicanos que habitualmente se encuentran en el vecindario.

Los dos dueños, que son pareja, se conocieron mientras trabajaban en una librería. Tam estudiaba educación en el Pasadena City College y Fuentes era alumno en el ArtCenter College of Design. Ambos trabajaron también en restaurantes y ahorraron dinero durante tres años para poder establecer su propio negocio.
“Creo que el mayor obstáculo fue lo económico”, señala Tam. “Los dos trabajábamos durante el día y cada cheque que recibíamos lo usábamos para los gastos de construcción y los permisos municipales”. Ahora están ahorrando para comprar un cartel.

Si bien existen muchas panaderías en Boyle Heights, Cake Girl es la única que ofrece solo productos veganos y sin alergénicos, además de ser elaborados libres de huevo, lácteos, caseína y gluten.
Los clientes llegan desde toda la zona, afirman los dueños, y algunos clientes habituales viajan de lugares tan alejados como El Segundo o Colton. “Tenemos algunos clientes que vienen de todos lados”, comenta Fuentes. “Están encantados porque ahora ya no tienen que trasladarse hasta la zona oeste de la ciudad para obtener productos veganos. Antes de nuestra tienda, este grupo de gente estaba desatendido”, señala Fuentes.
Pero los residentes de comunidades cercanas también valoran lo que la panadería ofrece. “Me resulta cómodo este lugar”, dice Rafael Ríos, de 23 años, que vive en Bell. “No puedo comer nada que tenga lácteos. Es probablemente lo más parecido a un lugar donde comprar postres”. Ríos, que encontró esta panadería en Yelp, señala que solía tener que viajar más lejos para encontrar postres libres de lácteos.
Los productos de Cake Girl son tan populares que habitualmente se agotan a mitad del día, aunque Tam continúa horneando durante toda la jornada para intentar mantener sus exhibidores llenos. Los cupcakes se venden a $3.75 cada uno y las donas a $3 cada una. Los pasteles a pedido pueden costar hasta $45 cada uno. Al final de cada día, los propietarios donan lo que sobra a diferentes lugares, a veces a la Estación de Policía Hollenbeck, que se encuentra cruzando la calle, o al College Track ubicado en la misma calle, un centro que ofrece apoyo a estudiantes de comunidades desfavorecidas para prepararse para la universidad.
Antes de tener esta tienda, Cake Girl vendía sus productos en lugares informales. Pero ahora la pareja dedica la mayor parte de su tiempo a la panadería. Fuentes trabaja los fines de semana en un mercado de alimentos saludables y también como autónomo en proyectos de informática, además de encargarse del sitio web y del inventario de la panadería. Tam, de 30 años, trabaja a tiempo completo en Cake Girl, elaborando los productos y atendiendo a los clientes.
Tam comparte regularmente fotos de los productos que elabora con sus 2.500 seguidores en Instagram (ella es @hellocake girl). Algunos de sus postres más solicitados son: la dona con glaseado de hibisco y limón y el cupcake con masa de dona y churro de fresa, con baño de vainilla y canela.
“[Los clientes] están encantados porque ahora ya no tienen que trasladarse hasta la zona oeste de la ciudad para obtener productos veganos. Antes de nuestra tienda, este grupo de gente estaba desatendido”.
Andy Fuentes
“Diría que el mejor es la crema de chocolate”, señala Jaime Robles, de 32 años, también residente de Bell. Robles visita la panadería varias veces al mes y también compró un pastel para el cumpleaños de su padre. “Los veganos también se merecen postres”, comenta.
Tam se encarga de preparar los pasteles que le piden con algunas semanas de anticipación. Además, también prepara productos específicos para los días festivos y eventos especiales. El Día de San Valentín, Tam creó donas de chocolate con forma de corazón y galletas de vainilla con forma de corazones rotos.
Tam afirma que ella y Andy no comenzaron su negocio pensando que sería una panadería vegana, pero ese fue el resultado debido a sus propias alergias a algunos alimentos. “Siempre me ha gustado hornear, aprendí sola y me enseñé a hacer productos sin gluten, nueces ni lácteos”, afirma.
Tam dice que lo más difícil de la elaboración de productos veganos es encontrar ingredientes que sustituyan el huevo para unir la harina con los demás ingredientes secos. “Hay que hacer muchos experimentos y pasar por muchas veces por el ensayo y error”, dice. “Creo que gasté mucho dinero para probar diferentes cosas”. Tam afirma que pudo crear su propia mezcla de harina sin gluten.
Aunque la tienda permanece cerrada los domingos, otras panaderías en el Este de Los Ángeles venden productos de Cake Girl.
Tam espera ampliar el menú en el futuro. Aunque no tenía pensado comenzar con el negocio de la panadería, dice estar muy contenta de haberlo hecho.
“En aquel momento estaba terminando la universidad”, dice Tam, que se graduó de Cal State L.A. “Me estaba graduando y pensaba: ‘No sé si debería hacer esto’. Pero terminó siendo algo muy bueno y positivo”.
Cake Girl
2100 East First Street
ubicada dentro de la farmacia St. Louis Drug Co.
(323)305-4623
Instagram: @hellocakegirl
Horario: Lunes a sábado de 10:30 a.m. a 6:00 p.m.