En una noche de enero fría y lluviosa, pero Margarita Hernández tenía una buena razón para estar en la calle.
“Pienso que es muy triste [tener que] vivir en la calle, muy triste sentirse solo, muy triste que las noches las pase con frío o con lluvia,” dijo Hernández, antigua residente de Boyle Heights y miembra vitalicia de la Iglesia Dolores Mission.
Miembra además de la junta de directores del Proyecto Pastoral de la iglesia, que administra refugios para adultos de ambos sexos, Hernández fue una de unos 40 voluntarios que participaron en el conteo de personas desamparadas (Homeless Count) de Boyle Heights.
“Para mí es bien importante saber cuánta gente todavía está en las calles, para tratar de resolver este problema y que no haya gente fuera de sus hogares o en un shelter”, dijo ella.
Boyle Heights fue una de las comunidades que optó por participar en el conteo regional ”“o Greater Los Angeles Homeless Count”“ de 2015, que es parte de un conteo bienal requerido por el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD) de los EEUU.
A nivel local, el conteo es organizado por Los Angeles Homeless Services Authority (LAHSA), una agencia de la ciudad y el condado que supervisa y coordina los fondos federales destinados a las viviendas y otros servicios para desamparados en la región. Los datos del conteo bienal son usados para determinar cómo se adjudican fondos federales y de condado.
La noche del 29 de enero, los voluntarios se reunieron en el Cnicano Resources Center de la Calle Primera, donde fueron entrenados sobre la forma correcta de identificar contar a individuos y grupos sin hogar. Luego fueron enviados en grupos de entre y dos personas, para cubrir unos 22 tractos en Boyle Heights marcados por el Censo.
Muchos de los voluntarios fueron reclutados por Proyecto Pastoral y Jóvenes Inc, dos organizaciones locales que proveen servicios a los desamparados en esta comunidad. Ambas organizaciones han “optado” desde el conteo de 2011 ”“es decir, han participado activamente a cambio de recibir datos demográficos de sus comunidad.
“Optamos porque es muy importante para Boyle Heights tener un conteo completo, para ver cuántas personas sin hogar están en nuestra área”, dijo Eric Hubbard, director de desarrollo de Jóvenes Inc. “Sabemos que aquí hay muchas personas apasionadas dispuestas a servir como voluntarios”.
El propósito del conteo es obtener el número de personas en la calle en una noche dada. Los voluntarios cuentan individuos y grupos familiares en la calle o en campamentos rústicos, así como vehículos que aparentan estar ocupados. Un conteo separado se hace en los refugios.
A partir del conteo, LAHSA lleva a cabo un sondeo demográfico de unas 4,000 personas que indaga sobre las razones del desamparo y si a alguno de los individuos se le negaron servicios. Los resultados preliminares del sondeo se divulgarán a finales de abril.
El conteo de Boyle Heights se llevó a cabo la misma noche de un conteo mucho mayor en el sector de Skid Row del centro de Los Angeles, que recibió harta atención de los medios. Muchos proveedores de servicios estiman que el crecimiento de la población de desamparados en Boyle Heights está relacionado con el desplazamiento de la población de Skid Row.
“Saber que estamos tan cerca del centro significa que podríamos tener más desamparados que otras zonas de la ciudad”, dijo Hubbard. “Sentimos que es de crítica importancia tener un gran conteo y entender cuán profunda es la necesidad, para que podamos proveer más servicios en ésta área”.
Eso fue lo que motivó a Carmen Godínez y Bijan Bahmani, un pareja de Boyle Heights, a trabajar como voluntarios en el conteo.
Bahmani, un trabajador social, dijo que el tema de los desamparados “es algo que me llega al corazón. Es por eso que quiero ver el área, para entender qué está pasando”.
“Yo simplemente quería asegurarme de lo que está pasando aquí se cuente y que lo que salga de esto sea lo más representativo y útil posible”, dijo por su parte Godínez.
Lo que más sorprendió a Bahmani fue el número de vehículos y campamentos rústicos que hallaron en su conteo. “Yo no sabía que habían tantas personas en vans y autos, no me lo esperaba”, dijo él.
Bahmani and Godínez, que cubrieron el tracto entre las calles Primera y Cuarta, desde la Alameda a la State, dijeron que esperaban formar un colectivo informal para ayudar a la población desamparada local.
Hernández, la voluntaria de Dolores Mission, trabajó con otras tres mujeres que pidieron específicamente cubrir el tracto al sur de la Calle Primera que incluye el Parque Hollenbeck.
“Decidimos nosotras ir ahí porque conocemos el área y sabemos que hay bastantes señores ahí,” dijo Hernández, que se enteró del conteo por su hija, Sulma, que es coordinadora regional de LAHSA.
La menor de las Hernández dijo que ellas han estado involucrada en temas de desamparo y desplazamiento desde que su propia familia fue desplazada de Aliso Village a finales de la década de los 90, para permitir la construcción del complejo de apartamentos Pueblo del Sol. Aunque se mudaron al Este de Los Angeles, todavía pertenecen a Dolores Mission.
“A mí me pareció una buena idea participar”, dijo la mayor de las Hernández. “Siempre he trabajado para el bienestar de la comunidad, para ver una mejor vida para nuestra gente”.